Es indudable que la maternidad y la paternidad ofrecen numerosas oportunidades para aprender. Aprendemos de nuestras hijas e hijos y aprendemos de nosotras mismas. Uno de los aprendizajes más relevantes y que más afectarán a su bienestar, es la gestión de nuestras propias emociones.
Por un lado, nuestras hijas aprenden a regular sus emociones a través de nuestra propia regulación emocional. Cuando son bebés se calman gracias al consuelo que les damos, la calma que les transmitimos y las alternativas que les damos cuando sienten frustración. Cuando son adolescentes nuestro ejemplo sigue siendo importante, cuantas más y mejores herramientas para regular las emociones de forma saludable nos vean poner en marcha, más herramientas tendrán ellas para hacer lo mismo.
Por otro lado, es esencial que las familias podamos gestionar nuestras emociones de forma saludable (sin dañarnos ni dañar) para poder relacionarnos con nuestras hijas y lidiar con las situaciones que se nos plantean de forma eficaz y bien tratante.
Suena sencillo pero bien sabemos que no lo es. La regulación de las propias emociones pasa por saber identificarlas, aceptarlas, reconocer qué las provoca, permitirse sentirlas y acompañarlas para que dejen paso a otras nuevas.
Hoy os proponemos un sencillo ejercicio sacado del Libro de Anna Llenas ¨Diario de las emociones¨. Os invitamos a que imprimáis la imagen de abajo y dediquéis un rato a pensar en aquellas cosas que os generan calma, relax y bienestar. Cada una de esas cosas podéis escribirla o dibujarla en cada una de las bolsitas de infusión de la imagen.